Lucía Pérez de 16 años, era una adolescente como cualquier otra. Tenía metas, sueños y deseos, pero todo le fue arrebatado de pronto. Esta es la cruel historia que conmocionó a una nación entera que ahora exige justicia.
Lucia, que cursaba la secundaria y provenía de una familia trabajadora, fue cruelmente drogada, violada, empalada y asesinada por dos presuntos hombres: Matías Farías, de 23, y Juan Pablo Offidani, de 41, así lo informó María Isabel Sánchez, funcionaria de la fiscalía.
Bajo esta versión, los agresores usaron marihuana y cocaína para someter a la joven, posteriormente la violaron usando el palo de una escoba. Por ello, las autoridades aseguran que el empalamiento es lo que le quitó la vida a Lucía.
Al ver que la chica no reaccionaba, los agresores la bañaron y le pusieron ropa limpia, como si quisieran borrar todas las atrocidades que le habían hecho, y llevaron su cuerpo al hospital. Ahí les dijeron a los médicos que la joven había sufrido una sobredosis.
Sin éxito alguno, los médicos trataron de reanimarla, pero fue en vano. Tras la autopsia, la Fiscalía descubrió todas las atrocidades que los sujetos le hicieron a Lucía.
De acuerdo con medios locales, una compañera de Lucía fue quien entregó a la chica con sus captores, violadores y asesinos; aunque también se sospecha que el criminal era novio de la joven.
Un tercer sospechoso fue detenido. Se trata de Alejandro Alberto Masiel, a quien se le acusó de intentar encubrir el feminicidio.
Miles de argentinos salieron a las calles de Mar de Plata para exigir justicia por el brutal asesinato de la joven. Familiares y amigos encabezaron las protestas en una nación en donde cada 36 horas ocurre un feminicidio.
Según cifras del ministerio de Seguridad, las agresiones sexuales aumentaron 78% entre 2008 y 2015. Y 2 de cada 10 mujeres asesinadas presentaron antes denuncias por violencia de género.
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